Inicia temporada ciclónica con previsiones elevadas en República Dominicana

Desde el 1 de junio se inicia formalmente la temporada ciclónica en nuestra región, un período que cada año trae consigo mayor intensidad, frecuencia e imprevisibilidad en los fenómenos atmosféricos. Aunque la fecha se mantiene fija, los efectos del cambio climático hacen que los eventos sean más destructivos y difíciles de gestionar.

Para el año 2025, las proyecciones meteorológicas generan preocupación. El especialista Francisco Holguín advirtió que se esperan entre 17 y 19 sistemas con nombre, de los cuales 7 a 10 podrían convertirse en huracanes. Peor aún, entre 4 y 6 alcanzarían las categorías 3, 4 o 5, consideradas altamente peligrosas.

“El calor de los océanos actúa como combustible para los ciclones, y ese calor ha aumentado de forma sostenida. Cuanto más caliente el mar, más fuerte el fenómeno”, explicó Holguín.

Los datos respaldan esta tendencia. La Universidad de Colorado, junto a más de veinte entidades científicas, señalan que los niveles actuales superan el promedio histórico de 14 sistemas por año. Esto confirma el cambio en el patrón climático y la urgencia de prepararse mejor.

Sin embargo, según Holguín, el verdadero problema es la falta de preparación estructural. “El inconveniente no es que se formen ciclones, sino que seguimos sin estar listos para enfrentarlos”, expresó. Muchas comunidades padecen las mismas consecuencias una y otra vez: techos arrasados, calles inundadas, viviendas colapsadas y cientos de desplazados.

A pesar de contar con la Ley 147-02 para la gestión de riesgos, su aplicación es limitada. En sectores como Gualey, La Zurza, Los Tres Brazos y Sabana Perdida, los residentes recurren a soluciones improvisadas: plásticos en los techos, bloques como puentes y medidas caseras para sobrevivir sin apoyo institucional.

“Somos un país reactivo, no preventivo. Hay muchas instituciones trabajando, pero cada una por su cuenta, sin coordinación”, lamentó el meteorólogo.

Los registros históricos lo confirman:

    • San Zenón (1930): más de 8,000 personas perdieron la vida.
    • Huracán David (1979): más de 2,000 pérdidas humanas.
    • Georges (1998): 283 pérdidas.
    • Tormenta Noel (2007): 87 fallecidos.
    • Tormenta Olga (2007): 37 muertes.
    • Aurora (2022): 17 personas perdieron la vida por desbordamientos.
    • Fiona (2022): al menos 4 fallecidos.
  • Vaguada (2023): 31 muertes en solo 24 horas.

Frente a este panorama, Holguín recomienda tomar acciones preventivas básicas pero efectivas:

    • Preparar una mochila con agua, medicamentos y documentos importantes.
    • Asegurar los techos y revisar posibles filtraciones.
    • Cortar la energía eléctrica si entra agua a la vivienda.
    • Evitar cruzar corrientes desbordadas.
  • Diseñar planes comunitarios de prevención.

“Si limpiamos los desagües, si planificamos antes, no hay que salir a buscar recursos después. Pero seguimos improvisando”, advirtió. La temporada ciclónica 2025 ya comenzó, y aunque no se pueden evitar los fenómenos naturales, sí se pueden reducir sus efectos con organización y voluntad.